Uno ve como esta este país y lo único que puede decir es eso: «me cago en la puta de bastos» para resumir, porque cargar, lo que es cargarse, habría que hacerlo por mucha gente.
Te levantas, sales a dar un paseo, digamos, que llevas a tus perros. Llegas a casa y te pegas una ducha, desayunas y enciendes mientras la caja tonta. Ahi va, la mala ostia es inevitable en cuanto ves las noticias. Esto está lleno de ladrones. Pero es que no se trata de ladrones simples, por encima mienten y montan un circo. Y te preguntas, ¿como cojones es posible que unos ladrones reciban pasta y solo falte que se le canten alegorias joder?
Pero tranquilo, que el circo, apenas empieza, que si hombre, ya veras que viene lo mejor. Ah pero si ya vienen ahi, los payasos. Unos señores muy graciosos cada cual más partícipe que el otro de espectáculo descomunal y asombroso que se nos presenta. Se ponen a hacer el gracioso, con su ya clasicazo «y tu más», como si nunca hubieran formado parte del ilusionismo engañoso en que nos pretenden atrapar.
Vamos a ver, pero ¿qué les pasa a estos? ¿En que dimensión o realidad están? ¿Tienen un concepto de la moralidad, tanto los payasos como los ladrones que dirigen este circo? ¿Disfrutando del espectáculo? Que en la calle hay gente pasándolo mal, pero realmente mal, y tu ¿disfrutando de las payasadas de dos tios?. Ah, que tu no formas parte del circo. Si claro, pero resulta que sin espectadores un circo no vale para nada, tu pasividad te hace complice de ello, quieras o no, yo no quiero, pero soy consciente de mi cobardia.
Vas a la ciudad, a dar un paseo, que hace buen tiempo y uno sabe que da mas gustillo ver autenticas hermosuras con este sol. Te paras en un bar y te tomas una caña mientras ves un partido de tennis. Visto que la mañana ha ido a pedir de boca, procedes a ir comer de restaurante, te apetece como como dios manda. Coges rumbo a tu restaurante favorito a patas. A medio camino, te das cuenta del puto circo del que eres cómplice. Alguien, Maria, a la cual nunca has visto en vida, interrumpe tu caminata:
– «¿Le puedo preguntar algo?»
– «Si claro» uno que ha disfrutado de una mañana que pintaba ser de perros no niega una pregunta.
– «¿Me podría comprar un bocadillo?»
En ningún momento me ha pedido limosna, algo que en sí suele ser lo habitual, pedir dinero. En ese momento, el circo deja de hacerte gracia, te empiezas a cargar en la puta por dentro.
– «Si, claro»
Te diriges a un bar a pillarle un bocata. Por el camino, te pregunta si estas en paro. Timidamente, un tanto resignada, comenta que lleva en esa situación 5 meses. Estuvo trabajando como empleada de hogar pero sin estar de alta en la seguridad social. ¿Qué te sigue haciendo gracia espectador? No tiene derecho a subsidios, con 3 hijos a cargo. Me pregunta varias veces si conozco alguien que busque empleada de hogar.
En este momento es cuando me cago en la puta de bastos. Que facil es contratar alguien en negro, que te le limpie tu puta mierda en casa verdad. Como molan estos payasos, atontando al publico, y este, ah, yo no pertenezco a este circo. Ladrones recibiendo pasta a montones de los payasos, y ¿no hay movilizaciones? Igual no tengo que cagarme en la puta de bastos. ¿Donde está el 15M? ¿Donde están los sindicatos, que mas bien parecen ayudantes de los payasos? ¿Y el público?
Cambias de opinión, vas a un super joder. Un bocata no alimenta a 3 críos y un adulto. Hecha la compra, prosigues con tu camino. Vas reflexionando. ¿Realmente quieres ser cómplice de este circo? Pues actua, manda el circo a freír espárragos.
Quiero llamar tu atención espectador. Si eres de los espectadores que puede disfrutar de la vida, no voy a pedirte que dejes de gozar, de salir a la calle, comer fuera, beber y salir de noche hasta las tantas. Pero reflexiona, aporta a la sociedad por otras vias, por aquellas en las que no actúan los payasos, precisamente aquellas en las que, los que ya están actuando allí, mantienen la llama, hacen que las víctimas del bochornoso espectáculo no se undan en la mierda que estos van dejando. Quiero animarte a apoyar movimientos sociales. Dona algo, comedores sociales, carritas y tantas otras iniciativas realizan labores imprescindibles en los momentos que corren. Deja de lloriquear, levántate de esa jodida silla y di no. Yo lo estoy intentando y tu tambien puedes.